La adicción en redes sociales

El uso de la tecnología 

Hoy en día nosotros los jóvenes no imaginamos como en años anteriores se podía vivir sin celulares,
Facebook y otros avances de la tecnología. Es tanta la necesidad de estar inmerso en una red social que al no tener una cuenta en alguna de estas hay quienes pueden sentir que no tienen una vida social.

Actualmente, el comportamiento que se tiene está muy alejado de lo que fueron las generaciones pasadas. La comunicación generalmente era frente a frente ya que no existían aparatos electrónicos u otros medios que facilitaran dicha comunicación. Antes del Internet el teléfono significó un avance en las comunicaciones, pero hoy en día todo se ha digitalizado y han surgido numerosas plataformas que agrupan a muchos jóvenes en un mundo virtual, los cuales acceden a estas con diferentes fines.

Es innegable el beneficio que han traído consigo las redes sociales, en el aspecto de la enorme facilidad que aportan para la comunicación intercontinental y el traslado en tiempo real de la información. Pero en los últimos años han traído desórdenes y hasta riesgos para los usuarios y para quienes los rodean.

Por principio, las nuevas generaciones, cada vez más obesas, no logran despegarse del asiento frente al monitor de su computadora, otros no despegan sus dedos de sus celulares, perdiendo no solo tiempo de interacción real con humanos tangibles, especialmente sus familiares, sino también postergando sus tareas y estudios por preferir seguir obsesivamente la menor tontería que aparezca en alguna de esas redes sociales, llegando en la mayoría de los casos a caer en la compulsión y obsesión, entonces se habla ya de adicción a las redes sociales. Esta enfermedad aumenta enormemente, y miles de personas pierden no solo materias escolares, algunas el año escolar por completo e incluso el trabajo, cuando desatienden en su totalidad sus deberes para dedicarse a las redes, aunque sea algo totalmente absurdo.

Por otra parte, también aumentan los casos de jóvenes agredidos por otros usuarios, que los acosan y suben fotos o vídeos humillantes de sus incautas víctimas, quienes las más de las veces, dan información privada a cualquiera que quiera interactuar con ellas, sin pensarlo antes, y solo se enteran del vídeo o foto, cuando otro conocido les envía la información. Es entonces que se dan cuenta de su error, pero demasiado tarde: su imagen está dañada y es casi imposible de borrar del Internet. Por eso es mejor usar las redes sociales, solo para lo que fueron hechas, pero cuidando no caer en la adicción ni descuidar los estudios. Pueden ser muy entretenidas, pero al final, existe el mundo real, y para sobrevivir en él se necesitan conocimientos reales, fuera de la realidad virtual.

Definitivamente, las redes sociales tienen que estar a nuestro servicio para disfrutarlas y aprovecharnos positivamente de ellas, pero nunca para esclavizarnos y hacernos sentir mal. Mucho menos para hacer sufrir a los demás.


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